Es absurdo intentar que a todos los niños les emocione lo mismo
Anna Carballo, licenciada en psicología y doctora en Neurociencias, está dedicada a la aplicación de la ciencia en la educación. A pesar de ello, no cree que la Neurociencia tenga todas la soluciones para los problemas que arrastra la escuela. “En los problemas educativos influyen múltiples factores”, afirma en una entrevista publicada en El País.
“Por un lado tenemos un sistema que exige resultados de rendimiento, no de aprendizaje; una carencia de recursos, unas ratios que no ayudan”, asegura.Respecto al profesorado, lo que más ha detectado en las formaciones que ha impartido a maestros es “que falta capacitación docente, ellos ven necesario el cambio, pero no saben cómo hacerlo”.
Como investigadora y formada sabe bien que “la idea clave es que las experiencias de aprendizaje se acompañen de emociones positivas”, pero para ello “la propuesta pedagógica tiene que ser diversa”, ya que “la uniformidad curricular es un fracaso; además, es absurdo intentar que a todos los niños les emocione lo mismo“.
Pero la neurociencia no tiene todas la respuestas: “La neurociencia puede ofrecer fundamentación teórica acerca del proceso de aprendizaje, pero para nada se debe meter en el campo de la didáctica porque no somos pedagogos, no podemos decir lo que hay que hacer en el aula”.
Carballo tiene claro que “las ideas que se aportan desde el campo neurocientífico respaldan teorías pedagógicas que existen desde hace más de 100 años”, como el trabajo por proyectos o el trabajo cooperativo. La investigadora también aboga por una escuela como contexto transformador: “La cuestión es si reproducimos en la escuela la competitividad porque es lo que se van a encontrar o si les enseñamos que se puede construir una sociedad más torelante y cooperativa”.